sábado, 5 de mayo de 2012

tu, yo y nosotros;

Espera, espera, espera. Le tenía ahí, enfrente de mí a 2 metros. No podía dejar que se fuera, porque sabía que en el momento que le perdiera de vista al cruzar la esquina no le volvería a ver jamás. Me sequé mis lágrimas, y pude ver como el hacía lo mismo, me tragué mi orgullo, porque en ese momento me dí cuenta que el se lo trago hace mucho tiempo, mi orgullo tenía la culpa de todo. Me acerque a él y se giró quedando los dos a pocos centímetros. Notaba como suspiraba quizás porque no podía dejar de mirar su boca, levanté la vista y vi lo que había hecho cambiar mi mundo, esos ojos verdes suyos que me miraban como diciendo que me perdonaba. Estaba dispuesta a pedirle perdón, a pedirle continuar con nuestra primera historia ya que yo no quería segundas oportunidades, solo continuar con la primera, antes de que la primera palabra saliera de mi boca, me besó, y no fue un beso como todos los demás, fue un beso que me dejo todo claro sin necesidad de palabras, me había perdonado, nuestra historia seguía con nosotros dos como protagonistas. Nos separamos, le dije te quiero e irremediablemente volví a besarle, era lo único que necesitaba en ese momento.


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